Temario >> Asanas >>
Trikonasana – Postura del Triángulo
- trikoṇa = triángulo
- āsana = postura
Categoría: Flexión lateral.
Dificultad: Principiante.
Trikonasana, conocida como la Postura del Triángulo, es una asana clásica de pie que combina fuerza, estabilidad y flexibilidad. Es ideal para estirar y fortalecer el cuerpo mientras calma la mente y mejora la alineación postural. Su versatilidad la convierte en una postura esencial en la práctica de yoga.
Preparación y Calentamiento
Trikonasana (Postura del Triángulo) es una asana de pie que requiere estabilidad, flexibilidad y una alineación precisa. Antes de realizarla, prepara el cuerpo con movimientos que activen y estiren las caderas, las piernas y la columna.
Calentamiento de Piernas y Caderas:
Realiza Tadasana (Postura de la Montaña) para alinear el cuerpo y despertar las piernas.
Practica estocadas suaves o Baddha Konasana (Postura del Zapatero) para abrir las caderas.
Movilización de la Columna:
Incorpora torsiones suaves y extensiones como Bhujangasana (Cobra) para flexibilizar la espalda.
Fortalecimiento de las Piernas:
Realiza posturas como Virabhadrasana II (Guerrero II) para preparar los músculos de las piernas.
Apertura de Hombros:
Practica Gomukhasana (Postura de la Cara de Vaca, brazos) o estiramientos de los brazos para preparar la apertura de los hombros.
Posicionamiento y Alineación
Alineación Correcta:
- Mantén ambos pies firmes en el suelo y activa los músculos de las piernas para mayor estabilidad.
Evita Forzar el Alcance:
- Concéntrate en la extensión de la columna y los costados, en lugar de intentar tocar el pie.
Mirada y Equilibrio:
- Si mirar hacia el cielo te provoca inestabilidad, mantén la mirada hacia adelante o hacia el suelo.
Uso de Soportes:
- Utiliza un bloque debajo de la mano que toca el suelo para facilitar la postura.
Respiración Consciente:
- Inhala para alargar el torso y exhala para profundizar en la postura, manteniendo el control.
Realizar la Postura
Posición Inicial:
- Comienza en Tadasana (Postura de la Montaña) y separa los pies al menos un metro de distancia.
Colocación de los Pies:
- Gira el pie derecho hacia adelante (90 grados) y el pie izquierdo ligeramente hacia adentro (30-45 grados).
Extensión de los Brazos:
- Levanta los brazos a la altura de los hombros, paralelos al suelo, con las palmas hacia abajo.
Inclinación Lateral:
- Alarga el torso hacia el pie derecho y luego baja la mano derecha hacia la espinilla, el tobillo o el suelo, según tu flexibilidad.
Rotación del Tronco:
- Abre el pecho hacia el cielo y estira el brazo izquierdo hacia arriba, manteniendo los hombros alineados.
Respiración y Mantenimiento:
- Respira profundamente y mantén la postura durante 5-10 respiraciones, sintiendo la extensión en los costados y las piernas.
Regreso a la Posición Inicial:
- Inhala para volver al centro y repite del otro lado.
Beneficios de Trikonasana
Fortalece y Estira las Piernas:
- Activa los cuádriceps, los isquiotibiales y las pantorrillas, mientras estira los músculos internos del muslo.
Mejora la Flexibilidad y la Postura:
- Alarga la columna, mejora la alineación postural y promueve la estabilidad general.
Apertura del Pecho y los Hombros:
- Estimula la capacidad pulmonar y mejora la movilidad de los hombros.
Torsión Suave para la Columna:
- Ayuda a liberar tensión en la espalda y aumenta la movilidad en las vértebras.
Estímulo para los Órganos Internos:
- Masajea los órganos abdominales, mejorando la digestión y la circulación.
Contraindicaciones
Dolor de Cuello o Hombros:
- Evita girar la cabeza hacia el cielo si causa incomodidad, manteniendo la mirada neutra.
Lesiones en las Rodillas o los Tobillos:
- Practica con cuidado si tienes molestias en estas articulaciones.
Presión Arterial Alta o Baja:
- Consulta a un profesional antes de practicar y ajusta la postura según tus necesidades.
Problemas en la Parte Baja de la Espalda:
- Mantén una alineación adecuada y evita colapsar hacia el suelo.
Conclusión
Trikonasana es una postura fundamental que equilibra fuerza, flexibilidad y estabilidad en el cuerpo.
Su práctica consciente fomenta una mejor postura y calma mental, ideal para aliviar tensiones físicas y emocionales.
Con dedicación y alineación adecuada, esta postura puede transformarse en un elemento central de tu práctica de yoga.